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En defensa del Diccionario: de almóndigas y otras «aberraciones»

En 2014 se presentará la vigésima tercera edición del Diccionario de la Real Academia Española, aunque desde hace tiempo podemos conocer algunas de las novedades que presentará gracias a la versión en línea. Como suele ocurrir con las obras de la Academia, el Diccionario es fuente de encarnizadas polémicas. Desde el momento mismo de su fundación hasta hoy, a la RAE nunca le han faltado detractores ilustres; a ellos se han ido sumando espontáneos de todos los campos del saber y del desconocer, que, gracias a Internet, nos ofrecen su opinión en blogs, foros, revistas digitales y redes sociales, dando lugar a artículos, debates, pifias y grupos de señoras que se sublevan contra la RAE.
Real Academia Española (23)
Fotografía: Guadalupe de la Vallina
Examinando sus reacciones en la red, la actitud que se percibe en los hablantes es, en general, de un autoproclamado conservadurismo, en ocasiones un tanto inopinado, llegando a considerar la Academia como una institución nociva para la salvaguardia de la lengua por su carácter indulgente, por no decir macarra, a la hora de consentir vulgarismos, barbarismos, neologismos y otros presuntos enemigos del buen uso. Esta postura nace del desconocimiento de la naturaleza del diccionario, unido a la asignación de un poder materializante y legitimador: lo que está en el diccionario existe, es legal y pienso usarlo. Es habitual encontrar expresiones como «ahora podemos decir» haciendo referencia a la inclusión de voces o, por el contrario, reclamaciones sobre términos no reflejados, con la finalidad de reconocer su existencia y demostrarla con papeles. Resulta paradójico que muchos hablantes declarados en rebeldía reconozcan con sus demandas la autoridad del diccionario más allá de sus propias pretensiones.

El DRAE es un diccionario general y no puede contener todo el léxico de la lengua. No abarca todas las palabras formadas por composición o derivación y muchas otras que, aun ateniéndose a las reglas y por tanto siendo correctas desde el punto de vista lingüístico, sencillamente, no caben. Incluye, y así lo ha hecho desde su primera edición, los vulgarismos, usos coloquiales, dialectales, arcaísmos, etc., más extendidos y frecuentes, indicando su naturaleza.

Hay que tener en cuenta que, además de la normativa, el DRAE tiene una función descriptiva de la lengua; es una herramienta para interpretarla y no puede contener únicamente las palabras cultas. Su misión no es seleccionar las voces que se pueden decir, sino registrar el uso que los hablantes hacen de ellas.

Es un diccionario más amplio y complejo que el Diccionario esencial y otros de carácter divulgativo que no contienen este tipo de entradas que, a partir de su descubrimiento por parte del gran público, causan conmoción:

ALMÓNDIGA

Probablemente la más popular: ni un día en las redes sociales sin que alguien dé la voz de alarma sobre su aceptación, sembrando el desconcierto y la consiguiente reacción en cadena de desmayos, indignación y ojos sangrando.

En realidad aparece desde la primera edición del Diccionario en 1726 y remite a la entrada albóndiga, en la que se relatan las posibles etimologías y se señala el uso. Hasta la vigésima tercera edición no aparecerán las marcas «desusado» (desus.) y «usado como vulgar» (U. c. vulg.), si bien en el DPD sí aparece la advertencia «no debe usarse la forma almóndiga, propia del habla popular de algunas zonas».

TOBALLA

Variante arcaica de toalla, habitual en español antiguo. En el Diccionario desde 1739. Se indica su uso vulgar en el DPD.

COCRETA

Aunque se suele añadir a la lista de ultrajes académicos, tal vez por afinidad con almóndiga, no está registrada en el diccionario. Lamentablemente, en mi opinión. Es una forma documentada y mantuvo con croqueta un pulso que perdió contra todo pronóstico, pues la metátesis es un fenómeno propio de nuestra lengua que ha triunfado en casos como el que veremos a continuación.

CROCODILO

Variante antigua y etimológica del latín crocodilus y este del griego κροκόδειλος. Se mantiene la raíz cro- en gallego, euskera, portugués, francés, inglés y alemán. En castellano e italiano sufrió metátesis, siendo la forma «no culta» la que triunfó en estas dos lenguas. Crocodilo aparece en la primera edición del diccionario como forma aconsejada frente a cocodrilo usada esta última «contra los más selectos Autores y Vocabularios», siendo a partir del siglo XVIII cuando se impone.

MURCIÉGALO

Aparece en 1734 en el Diccionario con una inquietante descripción que merece la pena rescatar, así como esta estrofa escrita mientras coexistió junto a murciélago.

Tras vos, un alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol, ¿y vos tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
pues vais del Sol y de la luz huyendo.

Francisco de Quevedo (A Dafne, huyendo de Apolo)



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ASÍN

En el Diccionario desde 1770, al mismo tiempo que así. Actualmente marcado como «vulgar». En los bancos de datos CREA y CORDE está documentado su uso, en algunos casos como imitación del habla popular.

 Consulta: asín, en todos los medios, en CORDE 
 Resultado: 246 casos en 45 documentos.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. [08/07/13]

 Consulta: asín, en todos los medios, en CREA 
 Resultado: 22 casos en 13 documentos.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual. [08/07/13]

Estas y otras palabras recogidas como vagamundo, miraglo o agora, tienen en común el haber formado siempre parte del diccionario —y así seguirá siendo mientras no esté terminado el Diccionario histórico— a pesar de ser percibidas por algunos usuarios como incorporaciones recientes que respondieran a una relajación de la norma.

El diccionario se limita a registrar su existencia señalando con marcas su calificación o remitiendo a la forma culta. Considerarlas aconsejadas es una interpretación errónea, del mismo modo que la existencia de expresiones malsonantes no implica de ninguna manera que se recomiende su uso en la redacción de correos profesionales o en la descripción en medios de comunicación de lanzamientos a puerta de Sergio Ramos.


Otras entradas que provocan indignación son las grafías adaptadas de anglicismos. Generalmente de anglicismos y no de todos los extranjerismos. Según manifiestan algunos usuarios se perciben como un atraso, al considerar más moderno y avanzado escribirlos en inglés. Por el contrario, muchos hablantes aborrecen palabras de variantes de la lengua española que le son ajenas en una actitud que raya la xenofobia. El etnocentrismo es tan acusado en algunos casos como para reducir el perímetro de aceptación al alcance de las orejas y un «no lo había oído en mi vida» se usa frecuentemente como argumento de rechazo. Estas actitudes competen más al estudio sociológico que al lingüístico.

Las adaptaciones gráficas no suponen un empobrecimiento de la lengua, sino todo lo contrario, y hay miles de ejemplos que ni siquiera se perciben como préstamos al estar plenamente integrados. La incorporación de léxico adquirido es un proceso natural de la lengua para ampliar su vocabulario.

El número de voces que producen alarma es abundante, pero, dado que la mayoría son sugerencias que la Academia propone como solución a dudas planteadas, con el objetivo de integrar vocablos de forma acorde al sistema fonético y ortográfico español y que los hablantes pueden hacer uso de ellas u optar por el extranjerismo crudo —destacado con relieve tipográfico—, no merece la pena detenerse en este punto más que para comentar algunas de las más controvertidas.

GÜISQUI

Está en el diccionario desde 1984, al mismo tiempo que whisky, y tiene escaso seguimiento en comparación al anglicismo crudo.

Consulta: güisqui, en todos los medios, en CREA 
 Resultado: 118 casos en 55 documentos.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual. [08/07/13]

El rechazo que provoca güisqui no tiene parangón en coñac, sake, vodka, ginebra, ron o vermut, todos ellos extranjerismos integrados sin salir del campo semántico de las bebidas alcohólicas, incorporados a nuestra lengua en distintos momentos de la historia. La Ortografía de la lengua española de 2010 propone wiski.

BLUYÍN

La marca Am. indica que se trata de un uso restringido en América. Como explica el DPD, en gran parte de Hispanoamérica se usa exclusivamente la denominación inglesa para el pantalón vaquero y la grafía adaptada tiene uso documentado. En España se utilizan únicamente las denominaciones vaquero y tejano, de modo que no incumbe su uso.

JONRÓN

Al igual que bluyín está marcado su uso en América. La grafía adaptada está muy extendida en el continente desde hace años y existen derivados como jonronear o jonronero. El béisbol es un deporte mucho más popular en América que en España, hecho que sin duda contribuye a la natural incorporación y adaptación de préstamos relacionados.

Consulta: jonrón, en todos los medios, en CREA 
 Resultado: 592 casos en 254 documentos.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual. [08/07/13]

Otro de los aspectos controvertidos son las palabras o acepciones de palabras que hieren la sensibilidad de algunos colectivos. Son clásicos los reproches por acepciones de gitano, gallego o judiada. La próxima edición revisa algunas atendiendo al desuso; para compensar, incluye dos novedades que ya han despertado protestas por su carga machista.

MUSLAMEN

1. m. coloq. Esp. Muslos de una persona, especialmente los de mujer.

CANALILLO

(Del dim. de canal).

1. m. coloq. Comienzo de la concavidad que separa los pechos de la mujer tal como se muestra desde el escote.

La Academia siempre ha manifestado que el Diccionario no puede regirse por criterios de corrección política. En su cometido de «notario» no puede intervenir en los usos que los hablantes hacen de las palabras ni desterrar voces inconvenientes.

La lista de palabras motivo de queja es copiosa y sin duda algunas de ellas con fundamento y razón; de hecho, la Unidad Interactiva del Diccionario resuelve en este sentido muchas de ellas.

GañánLa vigésima tercera edición del DRAE será la primera que estará a disposición de los usuarios en la red de forma idéntica a su versión en papel, lo que supone una valiosa fuente de información que precisa una interpretación más compleja que otros diccionarios simplificados. Desde que los hablantes han ido conociendo masivamente el Diccionario a través de la red, al tiempo que tenían oportunidad de comentar su contenido, este ha sido motivo de mayores polémicas, lo cual indica un interés por nuestra lengua que merece la pena orientar hacia la investigación mediante las múltiples herramientas y datos de los que disponemos, y, por qué no, dirigir nuestras propuestas argumentadas para mejorar el Diccionario.

Como pretensión personal, la definición de gañán me parece insuficiente para el uso actual. Habrá que recabar pruebas para legitimar su uso y el de su derivado gañanía.



Fuentes:  Yolanda Gándara, Jot Down, Vigésima segunda edición del Diccionario de la lengua (en línea), Diccionario panhispánico de dudas (DPD), Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, Corpus de referencia el español actual (CREA), Corpus diacrónico del español (CORDE).



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