Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

Borges: ciudad, tangos y duelos

  De la fundación mítica a la pérdida en el laberinto A menudo se le atribuye a Borges la etiqueta del autor cosmopolita y universal, de alguien que ha dedicado poco espacio a la realidad argentina dentro de su obra, centrado más en los juegos metafísicos, las variaciones literarias de algunas metáforas esenciales, las cuestiones del tiempo, del infinito, o a los avatares de las religiones heterodoxas. Se le ha acusado de cosmopolitismo desarraigado, de escribir una prosa antiargentina, sin matices nacionales. Sin embargo, Borges, en “El escritor argentino y la tradición” argumenta que la tradición argentina es toda la cultura occidental. En este trabajo retomamos algunos de los motivos que de primera vista se podrían caracterizar de locales o nacionales y que aparecen en la primera obra del autor. En primer lugar, la ciudad: el reencuentro del joven poeta con los barrios de su ciudad, vistos con los ojos de un vanguardista (influido por el ultraísmo y el expresionismo), rec

Borges y la ciudad

“Buenos Aires, desde luego, es algo más que una determinada extensión surcada de calles que se cortan en línea recta y en las que hay muchas casas bajas y muchos patios. Para todo porteño, Buenos Aires, al cabo de los años, se ha convertido en una especie de mapa secreto de memorias, de encuentro, de adioses, acaso de agonía y humillaciones, y tenemos dos ciudades: una la ciudad pública que registra los cartógrafos, y otra, la íntima y secreta ciudad de nuestras biografías".                                                                                                                 Borges, El mapa secreto . 1956 Porteño , así se declaraba Borges, más que argentino o latinoamericano. Su identidad política, su identidad ciudadana, y el lugar de localización es ser un hombre de Buenos Aires. “El elemento de la localización, es decir, desde dónde miro el mundo. Borges insiste en que uno debe mirar el universo desde un lugar’’, según Ricardo Piglia. “Al decir Borges est