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Las Islas Malvinas, un reclamo inclaudicable

Nuestro pueblo cada día va perdiendo más porción de su territorio en el sur de la Patria y sigue siendo engañado por los funcionarios de turno cada 2 de abril cuando en el discurso en cadena nacional se dice "Las Malvinas son argentinas y reafirmamos nuestra soberanía sobre las islas e instamos a Inglaterra a que abra el diálogo por la soberanía". En la práctica... las Malvinas, nuestras aguas, nuestra Antártida, cada día más lejos de nuestra Patria.

La mayoría de los argentinos desconoce que el Tratado de Lisboa integra en uno de sus anexos, a gran parte del territorio argentino como británico. ¿Qué es el Tratado de Lisboa?  Firmado el 13 de diciembre del 2007, en Lisboa, por los representantes de todos los estados miembros de la Unión Europea (UE), este tratado sustituye a la Constitución europea tras el fracasado tratado constitucional del 2004. Con este tratado, la UE tiene personalidad jurídica propia para firmar acuerdos internacionales a nivel comunitario. Para el caso que nos importa el Tratado de Lisboa sigue anexando a Malvinas y Antártida tal cual estaba en la Constitución anterior que son denominados territorios de ultramar.

Un día antes de que el pacto comenzara a regir (1 de enero del 2009), el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino envió notas diplomáticas a la Unión Europea y a los 27 Gobiernos de los países que la integran, para expresar de manera formal su “rechazo” a que el  Reino Unido incluyera como propias a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, así como parte de la Antártida reclamada por Argentina, en el anexo II del tratado, que lleva el título de Asociación de los Países y Territorios de Ultramar.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ratificó su protesta en la conferencia de prensa de clausura de la Cumbre Iberoamericana que se celebró en Estoril. “Siempre Argentina hizo una protesta ante la UE por la incorporación de las islas Malvinas en su tratado”, dijo Fernández en su momento, y recordó que el bloque las considera territorio británico desde 1972, un año antes del ingreso formal de Reino Unido en la entonces Comunidad Económica Europea. “La ocupación ilegal de las Malvinas no es solamente una aseveración argentina”, sino que la ONU, año tras año, llama a los dos países, que libraron una guerra por las islas en 1982, “a sentarse a la mesa de negociaciones, lo que no se ha podido cumplir por la persistente negativa británica”, concluyó.

Ni el gobierno español ni el británico ni la UE respondieron públicamente a la queja argentina. La prensa inglesa tampoco reaccionó, pero en sus ediciones digitales del 2009 comentaron un artículo de The Sun, que aseguraba que unos científicos han calculado que en las costas de las Malvinas pueden llegar a hallarse reservas de petróleo de hasta 60.000 millones de barriles, un poco menos que los 80.000 millones del principal campo saudí.
Sin duda, las Islas Malvinas al aprobarse el Tratado de Lisboa se han convertido en el bastión colonial más preciado de la Unión Europea, que les permitirá tener motivos para adueñarse no solamente del Atlántico Sur argentino, sino también de la Antártida. Todo de la mano del imperio británico.
Lo indiscutible es que nuestras Islas Malvinas son un paso previo a la Antártida que representa la llave para exigir derechos británicos sobre el continente blanco. Las Malvinas son geoestratégicamente importantes debido a su situación particular. A solo 500 kms del Estrecho de Magallanes y del Pasaje de Drake, que dan a sus propietarios un control total sobre la parte inferior del Atlántico Sur. Junto con el Canal de Panamá, estos dos puntos de control estratégicos son los únicos vínculos directos entre los océanos Atlántico y Pacífico. Sumada a las Georgias y Sandwich del Sur son más de un millón de kilómetros cuadrados.


En 1982 Inglaterra ganó el conflicto por la vía militar, pero no logró ningún reconocimiento del gobierno argentino de su soberanía. Era la primera vez que obtenía una victoria sin reconocimiento alguno del enemigo que le diera garantías.

Respecto a Malvinas, la propia Constitución Nacional no cambió tras la guerra de 1982: sigue protegiendo los intereses de todos. La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. Es por eso que en 1989 solo logró que Argentina cediera y reconociera ciertos derechos mediante los Acuerdos de Madrid con Ménem-Cavallo. Pero en los papeles, ningún gobierno argentino -hasta estos días- renunció a reclamar expresamente la soberanía de las Islas. Ni se ha opuesto firmemente a las 200 millas. Esa falta de acción adecuada, tácitamente, permite afianzar la usurpación británica en el Atlántico Sur. Los buques de guerra (los portaviones, submarinos nucleares y los destructores británicos patrullan el Mar Argentino) y las aeronaves de la Royal Navy se pasean por las aguas y los cielos de Argentina.

La presidenta y los funcionarios de Cancillería conocían todos estos hechos y no actuaban, más bien eran cómplices de la maniobra británica. El propio Vicecanciller expresó: "tenemos que acostumbrarnos a pensar en el largo plazo" (Victorio Taccetti), refiriéndose a la cuestión por el petróleo. Existe una medida que el gobierno podría tomar a muy corto plazo: provocar que Gran Bretaña se siente a negociar. Ese es según el vicecanciller Victorio Taccetti un objetivo “sentarse a la mesa con Inglaterra a negociar" el tema de la soberanía de las islas Malvinas. ¿Cómo se logrará ese objetivo?

Rule Britannia… Britannia rule the waves.. Britons never, never shall be slaves¡¡¡. (El, Imperio Británico domina los mares, los británicos jamás serán esclavos).

Claro, los esclavos serán los otros pueblos dominados. ¿Terminará esto con una decisión sabia del Consejo de Seguridad?

A mes y medio del 30 aniversario de la Batalla de las Malvinas, la presidente de Argentina decidió defenderse del acoso británico no con las armas, sino ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Cristina Fernández de Kirchner, protesta por la militarización del Atlántico Sur y la presencia de buques de guerra, que David Cameron ha enviado en un alarde de poder. El portaviones HMS Dauntless no será recibido con misiles como antaño sino con el desprecio de todos los que aman la paz y la libertad. A David Cameron las cosas, en el futuro, se le van a poner difíciles.

De las 12 millas a las 200 millas de aguas territoriales. Un poco de historia

Hasta el año 1986, cuatro años después de terminada la guerra, los ingleses solo mantenían en su poder las Islas Malvinas y controlaban 12 millas de mar a su alrededor. Las Islas eran un enorme gasto para los británicos, y por ello decidieron de forma unilateral, establecer 200 millas alrededor de las Islas, pues se sabía de las grandes riquezas pesqueras y del resto de potencial petrolero. Esas 200 millas, luego se extendieron a las Georgias y Sandwich del Sur, siendo en la actualidad un territorio 40 veces mayor que el territorio de las Malvinas de 1982, antes de la breve guerra con Argentina.

Por ese entonces, el gobierno de Alfonsín, cuyo Canciller era Dante Caputo, no opuso mayor resistencia a la nueva usurpación británica, afianzando la maniobra ilegal de Londres. Hubo protestas sólo formales en la ONU, pero fueron ignoradas por esta y por los ingleses. La falta de información hizo que los argentinos no cayeran en cuenta de la gravedad de lo ocurrido como para tener un margen de reacción y el gobierno de Buenos Aires trató de evadir problemas con la excusa de no darles más poder a los militares ni de soliviantar a la prensa. Es así, como la maniobra ilegal británica, se "legalizó" con el paso de los años gracias a la pasividad de los distintos gobiernos argentinos.

A partir de 1986 los ingleses comenzaron a explotar los recursos pesqueros del Mar Argentino alrededor de 200 millas entorno a Malvinas y otorgando licencias pesqueras a empresas y a terceros países. Y entrando a saco en la extracción del petróleo de toda la zona.

La cuestión petrolera era distinta, pues si antes de caer el gobierno de Isabel Perón (febrero 1976), la misión inglesa de Lord Shackleton tuvo el fracasó, Menem en 1996/97, desnacionalizó el petróleo en favor de empresas inglesas y de otros países como la compañía Shell.
Estas exploraron a tope la cuenca norte y este de las Islas Malvinas, no encontrando gran cantidad de petróleo comercializable, dado que el precio del barril no superaba los 30 dólares. No era un gran business, pero lo que pudieron llevarse se lo llevaron en grandes tanqueros a sus refinerías.

El precio del barril de crudo fue subiendo y el negocio comenzó a ser rentable. Hoy ha triplicado. Pero el problema no era el precio, sino el petróleo a extraer no de tierra firme sino… del Mar Argentino y del Atlántico Sur. Las cosa cósmicamente han cambiado.

Petróleo en el mar... ¿negocio? o excusa estratégica para justificar la presencia de Inglaterra

Desde febrero del 2012 que comenzó la exploración británica a fondo. Hasta ahora, no se han encontrado cantidades suficientes del oro negro, para afrontar gastos operacionales inmensos y los gastos que generan Las Malvinas y los otros archipiélagos. No hay negocio; todo experto sabe que los 200 millones de barriles encontrados hasta el momento no justifican una explotación en alta mar, y en esas latitudes.

El primer pozo, fue tapado por no encontrar la cantidad necesaria de petróleo. El segundo, arrojó un número aproximado de 200 millones de barriles recuperables, poco para un negocio offshore. El tercer pozo, tiene buena calidad de petróleo, pero poca cantidad. En Gran Bretaña, en febrero de este año, comenzaron hablando de 60 mil millones de barriles recuperables. Y aún siguen insistiendo con ese número desde la prensa sensacionalista. La realidad es muy distinta, y hasta ahora, no hay -como decimos- gran negocio en perspectiva.

La exploración y explotación petrolera en el mar, son muy distintas a la terrestre. La plataforma submarina del Mar Argentino puede dar buenos resultados hasta cierta profundidad, pero más allá de los 500 metros, las probabilidades disminuyen considerablemente. Una explotación offshore necesita de grandes inversiones de dinero diarias para mantener la maquinaria que sumado al clima del Atlántico Sur encarece mucho los costos.

En el año 1995 la Cámara de Diputados de la nación argentina (con motivo de la exploración de Shell y Esso) estudió las posibilidades. Para que existiera un negocio más o menos aceptable, las empresas británicas de petróleo deberían hallar al menos 6 mil millones de barriles recuperables. Definitivamente la suma de unos 200 millones (aprox.) no representaba negocio. ¿Entonces por qué tanto gasto y tanta prensa alabando supuestos "buenos" resultados?

Acerca de los territorios de ultramar

 Nuestras islas Malvinas son consideradas por los británicos territorio de ultramar (British Overseas Territories, en inglés). ¿A qué se le llama territorio de ultramar?

A los catorce territorios reclamados por Reino Unido que no forman su parte integrante. Vale decir, antiguas colonias que no se independizaron ni votaron para seguir siendo territorios británicos.
Estos territorios deben ser distinguidos de las dependencias de la Corona —Islas del Canal (Jersey y Guernesey) e Isla de Man—, que tienen un estatus distinto con respecto al Reino Unido. Tampoco deben ser confundidos con los reinos de la Commonwealth.
Hoy en día, los territorios dependientes no son administrados directamente por el Reino Unido, sino que tienen su propio gobierno que las administra y el Reino Unido se encarga de su protección, de las relaciones exteriores y asuntos de negocios.
No tienen representación en el Parlamento Británico y se han rechazado las propuestas para incluirlos como parte del Reino Unido.

El proyecto europeo. Un informe elaborado en el 2007 por expertos para el Parlamento Europeo propone reforzar la presencia marítima de la UE mediante la "europeización" de la base militar de Malvinas. El documento, encargado por la Comisión de Seguridad y Defensa de la Eurocámara, considera "clave" para la estrategia militar de la UE y para la protección de las rutas comerciales contar con instalaciones de ultramar. El mapa muestra las futuras bases militares que pasarán a ser parte de la Unión Europea. El proyecto nos muestra en líneas amarillas, las vías de comunicación entre bases. Las líneas entre puntos, nos muestra la capacidad técnica y potencial de proyección de la base, tanto como para abastecimiento y movimiento de las tropas, como las posibles áreas de defensa y ataque.
 En el caso de Malvinas, la línea de puntos posee tres extensiones, las cuales se extienden a: sur de Buenos Aires; sur de Tierra del Fuego/ norte de la Antártida; este de las Georgias del Sur.

Vemos que en caso de entrada en vigencia del Tratado de Lisboa, donde se reconocen las Malvinas y Antártida Argentina como territorio británico, se daría el margen legal, para llevar a cabo este proyecto.

Por si fuera poco, para los eurodiputados que elaboraron el proyecto, consideran a Malvinas, como la mejor de todas las bases militares, y sería prioridad número uno, comenzar a establecerse allí, una vez aprobado el proyecto.

 La Antártida, se rige por el Tratado antártico en donde ningún país puede actualmente, ejercer la soberanía de ninguna porción del continente. Pero sí existen intenciones de varios Estados de poder ejercer en el día de mañana soberanía plena sobre las regiones del continente blanco. Son áreas delimitadas donde Argentina reclama el famoso "triángulo" que podemos ver en los mapas. Gran Bretaña, reclama la misma porción de territorio que Argentina. Conocida es la trayectoría argentina (pionera) sobre dicho sector de la Antártida, pero no la británica. Es por eso que para los ingleses, es primordial adueñarse del Atlántico Sur, para poder tener continuidad en el continente blanco y sacar a la Argentina de en medio, cuando el Tratado Antártico no esté más en vigencia.

En definitiva, hace 27 años en 1982, los británicos solo poseían ilegítimamente 11.000 km cuadrados, es decir, solo las Islas Malvinas. Luego de finalizada la guerra, usurpan las Islas Georgias, y Sandwich del Sur, despojando la base científica argentina que estaba allí. En 1986, declaran una zona de 150 millas alrededor de Malvinas con el fin de otorgar licencias pesqueras. En 1989 Argentina en los Acuerdos de Madrid no reconoce pero permite (reconoce tácitamente) que Malvinas pasaba a tener 200 millas de mar, incluídas las Georgias y las Sandwich del Sur. Es decir, hoy en 2012, los ingleses poseen una porción veinte veces más grande que la que tenían en 1982, y todo esto no por culpa de la guerra sino por funcionarios corruptos que firmaron la entrega de la Patria en sus escritorios. La política de Cancillería sigue siendo la misma, y los ingleses no dudarán en el día de mañana de adueñarse de nuestra Antártida pues es el próximo paso.

De todos modos, hoy en día el panorama global ha cambiado enormemente para nuestro beneficio, pero esto es tema de otro post.

Fuente: El malvinense, globedia, wikipedia

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