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Mort Cinder, el testigo de la eternidad

Publicada originalmente serializada en la revista Misterix entre 1962 y 1964, Mort Cinder está considerada uno de los Cómics más importantes de la historia a nivel mundial, coincidiendo en uno de los puntos más altos de la escritura de Oesterheld y el arte de Alberto Breccia.

Ediciones Colihue"El ambiente claustrofóbico y opresivo de Mort Cinder y su apasionado periplo por las vicisitudes del ser humano a lo largo de todo tipo de situaciones históricas, convierten esta serie en una de las obras cumbres de la historieta sudamericana o, simplemente, de la historieta. (...) Desde la batalla de las Termópilas que cierra la serie y donde, paradójicamente, el hombre de las mil muertes es el único superviviente, hasta episodios como la construcción de la Torre de Babel con su explicación fantacientífica ineludible, el hermoso encuentro con la anciana madre de un cobarde desertor de la Primera Guerra Mundial ("La madre de Charlie"), o la nueva mezcla de terror, ciencia-ficción e historia que supone la aventura de "La tumba de Isis", pocas veces se ha visto un tratamiento gráfico más avanzado y adecuado a las historias que se cuentan, y pocos son los escritores que pueden equipararse, en cuanto a fecundidad de ideas, tratamiento de personajes, sensibilidad y belleza literaria, con el desaparecido Oesterheld."

Rafael Marín, autor de novelas de ciencia ficción y estudioso del Cómic

 La trama en palabras de su autor, Oesterheld


Las aventuras de Mort Cinder se inician siempre con un objeto que aparece en la tienda de Ezra, el anticuario. Siempre me han fascinado los objetos viejos, no por su estética sino por las historias que encierran, todo objeto está impregnado de vida pasada. Me atraen los recuerdos, aunque no sean míos ni de nadie. Mort Cinder es la muerte que no termina de serlo. Un héroe que muere y que resucita. En Mort Cinder hay angustia, tortura. Respondía quizá a un particular momento mío, pero mucho de ese clima lo determinó Breccia, más "torturado" que yo. El dibujo de Breccia tiene una cuarta dimensión de sugestión que lo aparta de los demás dibujos que conozco: esta sugestión inacabable lo valoriza y suscita ideas en el guionista.


Mort Cinder
Con guión de Héctor Oesterheld y dibujo de Alberto Breccia, comenzó a publicarse el 20 de julio de 1962 en el Nº 714 de la revista Misterix, extendiéndose hasta 1964.




Alberto Breccia dibujó al anticuario con su propio rostro, mientras que Mort Cinder es Horacio Lalia, asistente del maestro.



Ezra Winston
Ezra Winston, veterano anticuario inglés, recibe en su tienda objetos que traen consigo misterios. Por uno de ellos conocerá a Mort Cinder, y juntos enfrentarán una confabulación para el dominio mundial. Consiguen vencer, aunque Mort Cinder muere en el transcurso de la aventura. Parece el fin, salvo que Mort... es inmortal.

A partir de aquí, los objetos que aparecen en la tienda serán el punto de partida para los relatos que Mort Cinder hace al anticuario, de sus experiencias en distintos momentos del pasado. Esclavo, guerrero, presidiario, testigo de la historia.


Los padres de la criatura





Hector Germán Oesterheld nació en 1919 en Buenos Aires, Argentina y fue "desaparecido" por la dictadura militar argentina en 1977, junto a dos de sus hijas. Prolífico escritor, es un autor de suma importancia para entender la evolución de la historieta argentina. Oesterheld empieza a publicar historietas de forma continuada en los años 50 para el editor Cesare Civita, responsable de Editorial Abril y de publicaciones como Más Allá, Cinemisterio, Rayo Rojo o Misterix. En estas obras ya empieza a mostrar sus características más destacadas: un profundo humanismo, el repudio de la violencia y la complejidad moral de sus personajes y tramas. De esta época destaca la serie Sargento Kirk, un western cuya vida se prolongaría durante diez años y que dibujaría inicialmente Hugo Pratt (luego creador del mítico Corto Maltés, al que la colaboración con Oesterheld marcaría un punto de inflexión en su carrera). 



Unos años después, en 1957, se decide a crear su propia editorial, Editorial Frontera, y nogocia con su anterior editor para repartirse la propiedad de los personajes creados para Editorial Abril y se lleva Sargento Kirk a su propia revista, Frontera. La otra revista que crea para su editorial, Hora Cero, da nacimiento a personajes y series como Sherlock Time (ciencia-ficción, con Alberto Breccia), Ernie Pike (con Hugo Pratt y muchos otros) o El Eternauta (con Solano López, una ya mítica historia de ciencia-ficción donde unos alienígenas tomaban Buenos Aires), considerada por muchos como su obra maestra e indudablemente central en su producción, ya que la retomaría varias veces, ya fuera en forma de relatos, segundas partes o nuevas versiones.
Por problemas de gestión, y por la "fuga" de sus dibujantes a pastos más verdaes, las revistas de Editorial Frontera sufren un declive que, poco a poco, conduce a su cierre, aunque poco antes de éste Oesterheld vuelve a Misterix (ahora bajo Editorial Yago), donde crea en 1962 Mort Cinder, posiblemente el último de sus grandes trabajos, aunque seguiría escribiendo una ingente producción hasta el día de su desparición. De esta última etapa destacaremos una biografía del Che Guevara (1968, de nuevo con Breccia) y una segunda parte de El Eternauta (1976), de ideología más manifiesta que la primera y realizada prácticamente desde la clandestinidad a la que le empujó el regimen dictatorial que vivía su país.





Alberto Breccia (1919-1993) es uno de los dibujantes más prólificos del cómic argentino y está considerado uno de los mayores innovadores del medio. Nacido en Montevideo, Uruguay, a los tres años su familia se mudó a Mataderos, barrio de Buenos Aires, Argentina. Allí, antes de dedicarse al dibujo profesional, se desempeñó como obrero de la industria de la carne.
Breccia inició su carrera en 1938, aunque su primera obra destacada sería Sherlock Time (donde dió su rostro al personaje secundario de la serie, como también haría en Mort Cinder con el anticuario Ezra Wilson), creada a finales de los años 50 con Oesterheld, guionista con quien ya había trabajado antes, pero con el que a partir de ese momento inicia una fructífera relación.

En 1960 comienza a trabajar para la editorial británica Fleetway y considera la opción de mudarse a Europa, aunque la enfermedad de su primera esposa (que fallecería poco después) le decide a quedarse en Argentina. Así, en 1962 Oesterheld y Breccia crean Mort Cinder, a la que siguen Vida del Che Guevara (1968, biografía del conocido revolucionario) y una nueva versión de El Eternauta (1969).

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